Ya no dejes que el pasado te atormente, esto es lo que debes hacer:

A veces me cuesta trabajo creer que el ser humano a pesar de tener una mente tan maravillosa, la usa para lastimarse. Quizá dirás que esas son palabras fuertes, pero aquí te pregunto ¿cuánto tiempo has perdido preocupándote por cosas sin sentido o por algo que ya pasó y no puedes cambiar? Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre si realmente recordar es volver a vivir.

Somos los únicos seres de la creación dotados con un cerebro maravilloso e incomparable. Un cerebro que nos permite guardar y expresar emociones y sentimientos a través del lenguaje. Un cerebro capaz de evocar hasta 70,000 pensamientos al día, buenos y malos;  y muchos de ellos pueden ser almacenados durante un tiempo indefinido. 

Nuestro cerebro está dispuesto a recibir información que nos desarrolle la inteligencia y un coeficiente intelectual que dependerá de la alimentación recibida en los primeros años de la vida.  Recientemente se ha comprobado que si esa alimentación es con leche materna, el desarrollo será mejor. La inteligencia se incrementa también por  la cantidad de estudios  y enseñanzas que recibamos,  la capacidad de ejercitar la mente,  y otros factores más, como la herencia genética.

Desafortunadamente, ese desarrollo de la inteligencia no es siempre proporcional a la felicidad, ya que las cifras son alarmantes en relación a los índices de depresión y estrés. Las cifras van en aumento. Es una gran incongruencia pero es la realidad. Utilizamos nuestra mente para evocar un pasado que nos recuerda momentos difíciles o errores que cometimos, en lugar de vivir el presente y utilizar la mente para invocar recuerdos positivos  que nos ayuden a sentirnos mejor. 

Dicen por ahí que “Tener la conciencia limpia es síntoma de mala memoria”.  En ocasiones sentimos que la preocupación es algo natural y hasta podemos hacer de ello un hábito nefasto, un estilo de vida. Nos preocupamos a tal grado que si pasan días y algo no nos preocupa, es un síntoma de que algo malo viene y por lo tanto pensamos: ¡Me preocupa que no me preocupe nada! ¿No crees que es una gran incongruencia,  considerando tantos avances que hemos desarrollado en la inteligencia? 

La realidad es que eliminar los malos recuerdos no es tan difícil, algunas personas lo han logrado con meditación, oración y estrategias de psicología positiva. 

Todos tenemos recuerdos que nos motivan a  evocar sensaciones que  permitan sentirnos mejor,  o recuerdos que nos hagan sentir mal en el presente. 

Es importante recordar que  la mejor manera de saber si evocamos pensamientos negativos o positivos, es la forma como nos sentimos.  Si  frecuentemente te sientes bien, es porque los pensamientos que evocas son positivos. Si regularmente te sientes triste o decaído, y al estar en soledad tu diálogo interior no es algo que te haga sentir bien, probablemente tus pensamientos y recuerdos son negativos.

Envejecer es un proceso natural y en esa etapa,  a la cual yo sí quiero llegar, los estudios revelan que la parte del cerebro dedicada a los recuerdos negativos cambia, lo que significa que  la gente de la tercera edad tiene más éxito en controlar las emociones por la información negativa recibida. 

En conclusión,  no hay por el momento ninguna sustancia química que elimine los recuerdos negativos, pero tenemos la libertad de “decidir” el tipo de pensamientos que queremos evocar. Un pensamiento, ocasiona un sentimiento y un sentimiento provoca una acción. Por lo tanto, todo esfuerzo que hagas por mejorar la calidad de tus pensamientos,  se traducirá en beneficio de tus acciones y tu estado de ánimo. 

Hay tres pasos que funcionan muy bien para lograr este cambio de pensamientos : 

1.- Analiza los recuerdos que traes a tu presente
¿Son buenos? ¿Son malos? Haz conciencia de ellos y sobre la manera en que te hacen sentir. 

2.- Decide sobre los pensamientos a los que les darás lugar
¿Son malos? Entonces no les permitas anidarse en tu mente y en tu corazón. Evoca todo aquello que te haga sentir bien todo el tiempo que te sea posible. 

3.- Cierra los ciclos de tu pasado 
Si hay algo que puedas hacer para sentirte mejor como perdonar o pedir perdón, hazlo, acércate a quien sea necesario, haz lo posible por estar en paz. Si es un suceso que ya no se puede cambiar, analiza lo que aprendiste con esa experiencia, nada es un fracaso si te enseñó algo. 

Vas a ver cómo cambia tu vida ¡Ánimo! Hasta la próxima.

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